elpais.com – Un niño de siete años murió el domingo tras sufrir un accidente en una escuela pública de Barcelona. Minutos antes de que acabara la clase de educación física, D. R. P. trepó por una cuerda amarrada al techo del gimnasio, perdió el control y acabó estrangulado. El informe preliminar que los Mossos d’Esquadra han remitido al juzgado señala que el niño estaba solo cuando sufrió el accidente y descarta indicios de criminalidad o negligencia en el episodio, que ha conmocionado al barrio barcelonés de Baró de Viver, en el límite con Santa Coloma.

El suceso ocurrió el pasado jueves, poco antes de las cuatro de la tarde, en el CEIP Baró de Viver (Sant Andreu). Los alumnos de segundo curso de primaria habían recibido la clase de gimnasia en el patio. La profesora se encontraba allí recogiendo los materiales deportivos cuando D. R. P. accedió al gimnasio. Se desconocen las circunstancias precisas del accidente. Pero a juzgar por las lesiones que presentaba el niño y por los testimonios, el menor se puso a jugar con la cuerda, se la enredó en el cuello y cayó. Con tan mala fortuna que, en el resbalón, la cuerda quedó enrollada alrededor de su cuello y le partió la tráquea, según fuentes del caso.

 

El conserje del centro practicó los primeros auxilios al niño, pero sin éxito. Tres dotaciones del Servicio de Emergencias Médicas (SEM), que apenas tardaron siete minutos en llegar, encontraron al menor con parada cardiorrespiratoria y sí lograron reanimarle. Las ambulancias le trasladaron al Hospital de la Vall d’Hebron de Barcelona, donde ingresó con anoxia (falta de oxígeno) y síntomas de ahogo. Su situación era extremadamente crítica. Tres días después, falleció, según avanzó ayer El Periódico de Catalunya.

Los Mossos d’Esquadra abrieron una investigación para aclarar los hechos. La policía autonómica descarta, por ahora, que la víctima estuviera acompañada por otros niños o que intentara practicar el llamado «juego del ahorcado», que consiste en interrumpir la respiración adrede.

Los investigadores creen que no existió negligencia por parte de los educadores del centro y subrayan que se trata de un desgraciado accidente, tesis que corrobora el Consorcio de Educación de Barcelona. «Fue un accidente producido por el ahogo con una cuerda», detalló el gerente del consorcio, Manel Blasco, quien aseguró que los detalles del accidente «tendrán que aclararlos los Mossos». Blasco no quiso concretar si el menor se encontraba solo en el gimnasio, pero destacó el «comportamiento ejemplar» con el que, a su juicio, actuaron los profesores y la familia.

El gerente lamentó los hechos -fue un «accidente excepcional», dijo- y pidió el «máximo respeto» hacia los familiares, profesores y alumnos de la escuela Baró de Viver, a los que el consorcio «ha facilitado toda la ayuda psicológica».

La familia de la víctima, que el miércoles enterró al menor, no ha presentado hasta la fecha ninguna denuncia.

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