Nuria Parlonelperiodico.com – El viernes pasado caminaba por el barrio del Raval de Santa Coloma (con algunos problemas parecidos al Raval barcelonés) con su equipo más cercano. A su paso, muchos la reconocían y los menos tímidos la abordaban sin mucho protocolo. Es la ventaja de que la alcaldesa decida pasearse por los barrios y despachar desde la calle: no hace falta cita previa ni permisos para acercarse a ella (tampoco lleva guardaespaldas). El grito de «!alcaldesa!» suele bastar para captar su atención. A sus 36 años, Núria Parlon, que llegó a la alcaldía de Santa Coloma de Gramanet por una carambola política después del caso de corrupción urbanística de la operación Pretoria, cree que los gobernantes locales deben darse un baño de realidad en los barrios, aunque muchas veces se golpeen con una realidad amarga.
Parlon cerró el viernes su ciclo de visitas que la llevó a mudar su despacho a las bibliotecas y centros cívicos de cada barrio, una práctica que ideó en enero. En la calle de Circumval.lació, frontera con Badalona, Jesús Rodríguez, un vecino de 70 años, la abordó por sorpresa. «Con usted quería hablar yo. Vea este paso de peatones», dijo señalando el punto de su queja. «Del lado de Badalona hay una rampa para sillas de ruedas. Del lado de Santa Coloma hay una barrera arquitectónica. ¿Cómo se explicar esto?»
La alcaldesa no dudó, dio la razón al vecino y, acto seguido, llamó a su jefa de gabinete. «Amelia: ven aquí. Toma nota de esto». La empleada de confianza sacó su pequeña libreta y apuntó el teléfono del vecino. Así lo ha hecho unas 20 veces en cada barrio, según la alcaldesa. Jesús Rodríguez tuvo su tarde de suerte. Tropezarse con Parlon sin esperarlo también fue una lotería, un final inesperado a una larga reivindicación vecinal.
«No me he encontrado nada que me haya sorprendido. Por lo general la gente plantea cosas sensatas y me ayuda a tener más precisión sobre lo que ocurre. Lo que más preocupa es la vía pública, el incivismo y la inseguridad o sensanción de inseguridad», explicó Parlon que muchas veces da la razón a los vecinos pero también les recuerda la falta de presupuesto. Lola Robles, otra vecina que se acercó a la alcaldesa para quejarse de los gitanos rumanos y la falta de aparcamientos, no admitió ese razonamiento. «Si se devolviera el dinero robado del caso Pretoria, habría más presupuesto», opinó.
Adolescente informador
Duras o amigables, Parlon casi siempre sale de las críticas explicando a los vecinos lo que se ha hecho en los ámbitos relacionados con su queja o en su barrio. Curiosamente quienes se acercan le suelen recordar sutilmente su edad con frases como «No te acordarás porque eras un niña» o «Tú eres muy joven pero esto era un barrizal». El acercamiento ciudadano ya lo venía ensayando con Facebook, donde sus 4.700 seguidores tienen total libertad de publicación. Allí ella valora especialmente los comentarios de un skater adolescente que le informa de los problemas de la vía pública. «Más allá de las críticas, es una ayuda muy valiosa y con eso me quedo».

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